El Herpes, o Herpes Simplex de acuerdo con el diccionario médico es una infección causada por un virus del herpes simple (HSV), que tiene una afinidad por la piel y el sistema nervioso y por lo general produce pequeñas, irritantes transitorias, ampollas llenas de líquido a veces dolorosas en la piel y las membranas mucosas.Estos virus pueden entrar a tu cuerpo, ya sea por el contacto físico (oral, anal o por contacto sexual) o de compartir objetos personales con la persona infectada. El contacto con la piel no es la única razón de estas ampollas; la exposición a la luz solar (rayos UV), enfermedades, la fatiga, el estrés y la menstruación también pueden causar un brote de herpes. Además, el virus del herpes puede transferirse a un bebé recién nacido por la madre desde el nacimiento.
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Los Principales Síntomas del Herpes Son:
Fiebre
Molestias Urinarias
Úlceras
Ampollas en el cérvix femenino y alrededor de las caderas, los muslos, el recto y los genitales de hombres y mujeres.
Afortunadamente, existen un buen número de remedios caseros para eliminar esta terrible condición.
1. Sal de Epson
La sal de Epson o sulfato de magnesio, se conoce desde hace siglos por calmar el dolor y llagas, tanto internas como externas, y eso es lo que hace para el herpes.
Añade sal de Epsom en agua caliente y aplica en la zonas afectadas, esto alivia los dolores.
Tambien puedes añadir sal de Epsom a la bañera y remojar las zonas infectadas y dejar que se sequen, y después lavar.
2. Bolsas de Té
El té negro contiene ácido llamado tanino, que tiene propiedades anti-inflamatorias y anti-virales. Las propiedades anti-inflamatorias de estas bolsas de té se pueden usar para calmar el herpes.
Remoja una bolsa de té en agua caliente, luego coloca sobre la zona afectada.
Repite este proceso 3-4 veces al día.
3. Aceite del Árbol del Té
El aceite de árbol de té contiene sustancias químicas que pueden matar a las bacterias y los hongos, lo que reduce las reacciones alérgicas de la piel. Se evitará que se propague aún más a las otras partes de nuestro cuerpo y sean cada vez peor. El aceite de árbol de té tiene un efecto mentol que también ayudará a calmar el dolor y / o irritación.
Añade una cucharadita de aceite de árbol de té en una taza de agua y haz gárgaras, para el herpes oral.
Para el herpes en cualquier otra parte del cuerpo, toma unas gotas de un gotero y aplica a la zona afectada.
También puedes preparar un aerosol astringente de aceite de árbol de té añadiendo dos cucharadas de aceite de árbol de té a una taza de agua destilada. Rocía el astringente sobre la zona afectada con la frecuencia que desees.
4. Toronjil
El toronjil es básicamente una hierba que tiene flavonoides y ácidos fenólicos, lo que ayuda a curar el dolor de las ampollas. Esta hierba también tiene un poco de propiedades calmantes de dolor.
Añade 2-3 ml de tintura de toronjil en agua y bebe.
Prepara té de toronjil, deja que se filtre por un tiempo después con una bola de algodón, aplica en las zonas afectadas con el té.
Aplica el toronjil externamente para aliviar las ampollas.
5. Bolsa de Hielo
La mejor manera de calmar esas ampollas es poner una bolsa de hielo sobre ellas. De inmediato te hará sentir mucho mejor que antes. El efecto de enfriamiento realmente ayuda mucho con las irritaciones.
Llena una bolsa de plástico con hielo triturado, envuelve con un paño y pon en la zona afectada para calmar la inflamación.
Puedes hacer esto dos veces o incluso tres veces al día.
6. Bicarbonato de Sodio
El bicarbonato de sodio es un agente de secado para el herpes y probablemente el tratamiento más efectivo. Ayuda a calmar el dolor e irritación. Funciona lentamente, pero es eficaz.
Siempre limpia el área afectada primero con un ungüento antibacteriano seguido con agua.
Frota el área afectada con un algodón empapado en levadura en polvo para un secado instantáneo de las ampollas que supuran.
Tendrás que tener paciencia para ver los resultados.
7. Aceite de Oliva
Rico en antioxidantes, el aceite de oliva es popular para hidratar la piel. Los problemas de la piel traen una sensación de secado con ellos, el aceite de oliva evitará el secado. Prepara un ungüento para la zona afectada;
Calienta el aceite de oliva en una sartén, añade aceite de lavanda y cera de abejas, deja que se enfríe y aplica a la zona afectada.
Haz esto por lo menos dos veces al día para obtener resultados.
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